Municipios con encanto en invierno: Conesa

El núcleo histórico de la villa fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional

Son muchos los municipios de Cataluña que durante los meses de invierno tienen un encanto especial. Todo y las restricciones actuales para contener la pandemia generada por el coronavirus que hacen imposible desplazarse actualmente para descubrirlos personalmente, no queremos dejar de visitarlos virtualmente para poder tomar nota y poder disfrutar en directo cuando la situación sanitaria lo permita. Así, si ya descubríamos Llívia y Gósol , hoy nos trasladamos hasta Conesa.

Conesa es uno de los pueblos más bonitos de Tarragona. Ubicado en la Conca de Barberà, es una villa medieval que ha resistido al paso de los años manteniendo casi la fisonomía que tenía en el momento de su fundación. De hecho, en 2011 la Generalitat de Cataluña el núcleo histórico de la villa Bien Cultural de Interés Nacional.

Así, la villa está amurallada, y conserva el portal de Santa Maria y el de Sant Antoni, los dos del siglo XIV, que son los únicos accesos a su interior. Dentro del vallado murat hay cinco calles, y destaca la iglesia parroquial, la casa delmera de Santas Cruces donde había el castillo de Montpaó, la capilla derruida de Sant Antoni Extramuros y dos cruces de término.

Conesa coberta de neu

Conesa cubierta de nieve

Más allá del núcleo histórico del municipio, al término encontramos 3 antiguos núcleos hoy totalmente despoblados: Sant Pere de Sabella, Torlanda y Saladern. El primero se encuentra a la parte occidental del término de Conesa, en la meseta segarrenc, encima de un cerro donde destaca la iglesia románica de Sant Pere de Sabella.

El segundo, Saladern, lo encontramos a la parte noroccidental del término, a 6 km de la villa, al lado de la riera del mismo nombre, donde hay el antiguo cuadro de Saladern, y ruinas de un antiguo castillo e iglesia construida a los inicios del siglo XIV. Y finalmente, Torlanda lo encontramos a la parte sur de Conesa, a la derecha de la actual carretera de Roquefort en Conesa, a la cumbre de una pequeña colina.

La villa, además, ofrece un fantástico entorno natural donde disfrutar del senderismo. Y es que el pueblo está situada entre dos riachuelos que traen las aguas hacia el Vall del Corb, con bosques de pinos, robles, hayas y aurons. Por la cercanía del municipio se pueden hacer bonitas excursiones entre bosques y campos de cultivo que cambian de color según la época del año. Además, hay 42 km de rutas muy señalizadas que facilitan hacer estas excursiones.

Ya sabéis, un nuevo municipio con encanto para descubrir cuando finalice la situación de pandemia!

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