Es otoño, es tiempo de setas!

La tradición boletaire está fuertemente arraigada en Cataluña

Si de una cosa es sinónimo el otoño a casa nuestra, es de setas . Y es que llegada el otoño, la tradición boletaire de Cataluña se pone de manifiesto en todo el territorio. Una tradición que trae centenares de personas a los bosques de Cataluña año tras año para disfrutar de una jornada al aire libre cazando setas. Cómo siempre, recordamos que hay que respetar el entorno y no ensuciar la natura.

Igualmente, hay que tener presente que hace falta una cierta preparación para salir a cazar setas, puesto que hay que tener en cuenta que no todos son comestibles, y que algunos son muy peligrosos. El más importante es recoger únicamente aquellos que estamos totalmente seguros de haberlos identificado como comestibles.

En este sentido, en Cataluña, las setas comestibles más frecuentes son la llenega negra, el camagroc, el robellón, el pinetell, el rossinyol, el fredolic, el carlet y la trompeta. También hay de tóxicos, y algunos incluso pueden acontecer mortales, como es el caso de la farinera borda ('Amanita phalloides'), una seta muy tóxica y bastante frecuente a los bosques.

Hay que asegurarse bien de no consumir los que pueden ser perjudiciales para la salud, y no fiarse de falsos mitos, como por ejemplo creer que todas las setas venenosas tienen colores llampants, o refiar-se de la prueba del ajo, que no tiene ningún fundamento científico y no es cierta.

Els rovellons són uns dels bolets més preuats a casa nostra.

Los robellones son unos de las setas más preciadas a casa nuestra.

Temporada boletaire 2020

La temporada boletaire arrancaba a mediados de septiembre en algunos puntos de Cataluña, augurándose una buena temporada por las últimas lluvias y el inicio del descenso de las temperaturas. Así, se augura una temporada mejor que el pase, puesto que el verano ha sido lluvioso.

Cazar setas

Cuando salimos a cazar setas, no tenemos que malograr el entorno en el cual se encuentran. Por eso, a la hora de cosechar setas, hay que tener presente que la mejor manera de hacerlo es haciendo palanca con el cuchillo y cosechando toda la seta. Haciendo esto lo reconocemos y protegemos el miceli.

Hay que ponerlos en un cesto de mimbre y no en bolsas de plástico, así las esporas son recuperadas por el bosque. Igualmente, no se tiene que remover la hojarasca con ninguna herramienta, puesto que perjudica el bosque y las setas. Y siempre, teniendo cura del bosque, respetando el entorno.

Y el más importante de todo: ponéis al cesto únicamente aquellas setas comestibles que identificáis sin ningún tipo de duda.

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