Cómo la mayoría de las fiestas con una fuerte tradición en Catalunya, la noche de San Juan, la noche más mágica del año por excelencia, tiene diferentes elementos que la caracterizan y que perduran a los largos de los años. Uno de los elementos más importantes de esta fiesta, es el fuego. Y lo es de diferentes maneras, tomando un protagonismo muy especial.
El motivo que sea así hay que buscarlo en los orígenes de la celebración, remontarse a las fiestas que civilizaciones muy antiguas realizaban con la llegada del solsticio de verano. Cómo decíamos, el fuego es un elemento clave, y hoy en día todavía se mantiene la tradición de hacer hogueras. Un ritual que parece estar relacionado con ritos en honor al sol.
El fuego, representado en estas hogueras, acontecía el elemento que daba fuerza al sol, que aquel día empieza un nuevo periodo que marcaba pausadamente su bajada. Una práctica que servía para homenajear el sol en su plenitud como fuente de la luz y de la vida.
Llama del Canigó. FOTO: Òmnium Cultural
Pero no solamente está presente en las hogueras de San Juan el fuego. En Catalunya, estas hogueras se encienden con la Flama del Canigó, una tradición que año tras año se repite, con un bonito viaje para hacer bajar esta llama desde la cumbre del Canigó para ser repartido en todo los Països Catalans.
Fallas al Pont de Suert
También lo encontramos en las fallas de los Pirineos, una tradición ancestral, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, y que se celebran con motivo del solsticio de verano en sesenta y tres pueblos de los Pirineos y Pre-Pirineos (34 de Francia, 17 de Catalunya, 9 de Aragón y 3 de Andorra).
Cómo decíamos, una celebración ancestral dedicada al fuego y al solsticio de verano que sirve para dar las gracias por las cosechas y asustar los malos espíritus. En algunos pueblos, la celebración empieza unos días antes del solsticio de verano y se alarga hasta mediados de julio, en muchos casos, coincidiendo con la celebración de las fiestas mayores de los municipios.
Y finalmente, no podemos dejar de hablar de los petardos, la tradición más ruidosa de todas las de esta noche tan mágica. Una tradición vistosa (y muy ruidosa) que tiene una explicación.
Los petardos sonidón una de las tradiciones més ruidosas de la noche de San Juan
Y es que de todos es sabido (según las creencias mágicas alrededor de esta noche), que la noche de San Juan es una de las preferidas por fantasmas y espíritus para hacer de las suyas. De aquí que se busque asustarlos, y por eso se utilizan los petardos y el fuego.
Pero no para todo el mundo son un motivo de alegría, los petardos. Entre ellos, hay diferentes colectivos y animales que sufren muchísimo con su ruido. En el caso de los perros, hay una serie de recomendaciones para evitarles un poco el sufrimiento.
Sea de la manera que sea, el fuego continúa siendo el elemento central de la celebración de la noche de San Juan, el 23 de junio. Es la gran fiesta del fuego. La encendida de hogueras, y también de fallas, está fuertemente arraigado. En calles y plazas se encienden hogueras donde se queman todo de trastos antiguos. Y a su alrededor, rituales de todo tipo vinculados a esta fuerza purificadora del fuego.