Del 8 al 11 de junio celebramos en Catalunya el Corpus, una fiesta de tradición cristiana que también es el origen de los pasacalles festivos, y toda una explosión de cultura popular y tradicional en casa nuestra, en el punto álgido de la primavera.
Una fiesta donde la tradición es muy presente, con elementos singulares en muchos lugares de Catalunya. Uno de los elementos más singulares, sin ningún tipo de duda, es el ou com balla. Una tradición que tiene lugar en varias poblaciones del Catalunya día del Corpus Christi, y que consiste a colocar un huevo vacío, con un punto de cera para tapar el agujero por el cual se ha vaciado, sobre el chorro de agua del brollador de una fuente, de forma que baila sin caer. La fuente sobre la cual se hace bailar el huevo, habitualmente, se decora con flores y frutas del tiempo.
Qué significa?
La interpretación más común de esta tradición catalana es que el huevo representa el hostia consagrada; la forma del agua, el cáliz de la sangre de Cristo; y las cerezas maduras y frutas que lo adornan, la misma sangre de Cristo, en clara alusión en la fiesta del Corpus Christi.
Otras interpretaciones apuntan a la representación de la plenitud de la primavera, puesto que tanto el huevo, cómo el agua o la riqueza de flores son interpretaciones simbólicas de fecundidad y regeneración, propias de la estación primaveral en plena vitalidad.
Los orígenes de esta tradición
El ou com balla es una tradición catalana que tiene sus orígenes en su capital. La primera documentación de la costumbre es a la catedral de Barcelona el 1636, pero se desconoce si provenía de antes. A partir del de la catedral, también se hizo al vecino patio de la casa de la Ardiaca, y, posteriormente, a partir de los años ochenta del siglo XX, la fiesta empezó a llegar a otros patios del centro de la ciudad de Barcelona.
Pero hay otros municipios que celebran esta tradición. A Sant Cugat del Vallès baila a la fuente del Claustro del Monasterio, a Badalona se celebra dentro de la vicaría de Santa Maria; a Igualada, en la plaza de Pius XII, a Solsona, en la plaza de San Juan; a Argentona, en el patio del Museo del Càntir... y así, podríamos continuar con un largo etcétera en todo Catalunya.
Si no lo habéis visto nunca, no os perdáis el espectáculo!