Leyendas de Catalunya: Las brujas del Lluçanès

El Lluçanès es una meseta a caballo del Berguedano y Osona hasta hace poco, poco accesible, hecho que lo convirtió en un territorio misterioso

Casi cada lugar de tiene Catalunya su leyenda, pero hoy hacemos parada al Lluçanès, una meseta a caballo del Berguedà y Osona, un lugar poco poblado, rural, con pequeños pueblos de piedra y masías aisladas, que finos hace pocos años era poco accesible.

Este aislamiento lo convirtió en un territorio misterioso, pleno de historias de brujería que se mueven entre la leyenda y la realidad histórica. Su recuerdo todavía continúa vivo en estas comarcas.

Las brujas eran primeramente mujeres que hacían rituales relacionados con la naturaleza y la fertilidad, creadoras de remedios hechos a partir de hierbas y otros elementos naturales. A partir de la edad media tribunales eclesiásticos y civiles empiezan a cuestionar estas costumbres, es entonces cuando estas mujeres son perseguidas y pasan de ser curanderas a ser juzgadas como mujeres peligrosas para hacer malas prácticas. El punto álgido de persecución se produce entre el 1616 y el 1622.

Las brujas el Lluçanès y la Gola de les Heures

Uno los lugares vinculados a la brujería al Lluçanès es la Gola de les Heures, un antiguo espacio de encuentro de las brujas, al valle de la riera de Merlès.

Las rieras siempre han ido acompañadas de historias relacionadas con seres fantásticos cómo los duendes, las mujeres de agua y otros personajes de raíz sobrenatural, y la Gola de les Heures es un lugar mencionado en las declaraciones de varias mujeres, procesadas por brujería, cómo un punto de encuentro para hacer los samaniats, tal como se denominaban en esta zona los akelarres, reuniones donde las brujas hacían varios rituales, lugares cómo estos, alejados de cualquier núcleo de población, eran los preferidos para hacer sus actividades a escondidas.

Esta garganta se caracteriza para ser un desfiladero profundo, con paredes y rocas de formas sinuosas resultado de la erosión hecha por el agua. Un lugar sombrío y misterioso, con ecos de las antiguas reuniones de brujería y también otras leyendas cómo la que explica que una persona quiso comprobar la profundidad de la garganta, y para calcularlo, cogió una piedra pesando y la ligó con una cuerda. Entonces, una voz surgida desde el fondo le advirtió que por mucha cuerda que soltara nunca encontraría el fondo de la garganta.

Este lugar es un ejemplo de los lugares aislados donde se reunían las brujas, pero al Lluçanès hay otros espacios en plena natura identificados como puntos donde, según la tradición, se hacían samaniats: las Goles de Fumanya, situadas al lado de la riera del Lluçanès, la fuente del Bou, al término de Lluçà, o el pla de las Brujas y la plaza Balladora, al término de Sant Bartomeu del Grau.

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Además, a Sant Feliu Sasserra, capital histórica del Lluçanès, encontramos el Centro de Interpretación de la Brujería. En este espacio se ponen de relieve las principales costumbres de las brujas, en especial las del Lluçanès, el contexto histórico en qué vivieron y se hace un repaso de los hechos más destacados relacionados con la brujería. La exposición cuenta con elementos escenográficos y audiovisuales que hacen la recreación del juicio a una bruja y también de un samaniat, es decir, un akelarre.

Sin olvidar que el Serrat de las Forques es uno de los escenarios de la Feria de las Brujas, el principal acontecimiento festivo que se celebra cada año, por Todos Santos, a Sant Feliu Sasserra. Durante estos días, el pueblo vuelve al siglo XVII para recordar el mundo misterioso de la brujería y los hechos históricos ocurridos alrededor de las brujas.

FUENTE: femturisme.cat

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