Hoy os presentamos un tesoro escondido en el corazón del Delta del Llobregat: el Mirador del Semáforo. Este rincón te fascinará tanto por su historia cómo por su belleza, y es el plan perfecto para escapar del bullicio cotidiano. Esto nos recuerda que, todo y los tiempos cambiantes, el patrimonio y la belleza de esta región continúan esperando a ser descubiertos.

Un edificio del siglo XIX

El Mirador del Semáforo fue construido el 1887, y su función era controlar el tráfico marítimo. En sus inicios, era un punto crucial de comunicación marítima, puesto que mediante banderas y, más tarde, con un telégrafo óptico, se mantenía en contacto con los barcos y el castillo de Montjuic para alertar sobre accidentes y naufragios.

A partir de 1910, este lugar se convirtió en la residencia de los oficiales de los carabineros, que tenían el cuartel a unos kilómetros del emplazamiento.

Hoy en día, el esqueleto de este edificio funciona como mirador de la playa, puesto que esta está cerrada al público. Para acceder a él, se tiene que subir una rampa porque el mirador se sitúa tres metros por encima del nivel del mar, evitando así las mareas.

El cuartel de los carabineros

En el mismo lugar, encontramos el cuartel de los carabineros, que fue creado con dos objetivos: evitar el contrabando, especialmente de tabaco, y controlar la costa. Dada su ubicación, con unas vistas privilegiadas de toda la costa, los carabineros ayudaron en varios rescates de barcos y aviones que quedaban encallados en el mar, siendo así salvadores de muchas vidas humanas. Pero, también es cierto que debido a estar rodeados de aguas estancadas del delta, muchos sufrieron paludismo, una enfermedad que era transmitida por los mosquitos.

Cómo se ha indicado en el párrafo superior, en el 1910 el Mirador del Semáforo acogió, como residencia, los carabineros que trabajaban en este edificio. Un trabajo que duró hasta el 1939, cuando el régimen franquista disolvió este cuerpo de carabineros por apoyar el bando republicano. Desde aquel momento hasta el 1970, el antiguo cuartel de los carabineros quedó bajo el control de la Guardia Civil.

Actualmente, solo quedan los restos del que fue un edificio prominente. En ellos, algunas aves de la zona encuentran refugio, pero su principal misión es hacer de barrera para proteger la playa natural que se encuentra detrás suyo. 

Sigue la ruta del Mirador del Semáforo

Para descubrir estos dos monumentos, hay una ruta circular de unos 7 km que transcurre por un paisaje inmejorable. El circuito no tiene ningún tipo de dificultad, es un camino plano, disponible por bicicletas y cochecitos de bebé. Además, está muy bien señalizado; siempre tienes que seguir las indicaciones hacia el Mirador de la Bunyola.

La primera parada es el Mirador del Semáforo, donde podrás disfrutar de las vistas de playa natural y de la costa, y unos kilómetros más adelante te encontrarás con el cuartel de los carabineros. Sin duda, una ruta clave para conocer el pasado marítimo de esta región.