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La ciudad es la capital del Bages

Ubicada en la Cataluña Central, la ciudad de Manresa es la capital del Bages. Situada al plan de Bages, tiene una población de más de 76.000 habitantes (2018), siendo así la ciudad más poblada de la Cataluña Central.

El territorio de Manresa es muy poco plan, puesto que está modelado por una serie de cerros testimoniales, a menudo coronados por fragmentos de las antiguas terrazas fluviales del Cardener. La ciudad limita al norte con los términos de Sant Joan de Vilatorrada y Sant Fruitós de Bages, al este con el Pont de Vilomara i Rocafort y Mura, al sur con Sant Vicenç de Castellet, Castellgalí y Sant Salvador de Guardiola, y al este con Rajadell y Fonollosa.

En cuanto al clima, la ciudad está incluida dentro de la franja de clima mediterráneo de montaña mediana, caracterizada por una pluviositat escasa y una oscilación térmica anual fuerza acusada. Los inviernos son fríos, con escarchadas y nieblas, y las temperaturas elevadas de los veranos producen condensaciones de vapor de agua. La temperatura mediana calculada en base a los últimos diez años ha estado de 7 grados en invierno, 14 grados a la primavera, 15 grados en otoño y 23 grados en verano.

Desde su formación como casco urbano, Manresa ha sido, a lo largo de los siglos, la ciudad más importante de la comarca en cuanto a número de habitantes. A pesar de que Manresa es una ciudad eminentemente industrial, las actividades agrarias y ganaderas todavía tienen cierta importancia, especialmente en algún barrio manresà, si bien la antigua imagen de Manresa como población agrícola ya no existe.

El Pont Vell de Manresa.

El Puente Viejo de Manresa.

Hay que situar los orígenes históricos de la industria manresana en las actividades manufactureres colectivas, como la de los trapos de lana o las adoberies de pieles, a las cuales se añadieron pronto las de los tejidos de cáñamo, la fabricación de papel, de claves y de pólvora. A final del siglo XX, la industria manresana se diversificó mucho. El sector textil, el de más tradición, había llegado a ocupar la mitad de los trabajadores industriales.

Aun así, la crisis textil afecta notablemente la ciudad, y a finales de siglo el sector textil quedó reducido a la mínima expresión. El sector metalúrgico nació al servicio del textil para la reparación y, posteriormente, construcción de maquinaria. La década del 1980 significó la refermança de este sector gracias a los contratos subscritos con las empresas Ford y General Motors.

La Manresa de hoy en día se encuentra claramente marcada por las diferentes épocas históricas que ha vivido la ciudad durante más de mil años. Un legado patrimonial y cultural que se explica a través de varios rincones empapados de historia, donde se pueden encontrar misteriosas calles medievales, imponentes casales barrocos y sumptuosos edificios modernistas. Entre los imprescindibles, hay La Sede, la Cueva de Santo Ignasi, el Parque de la Séquia, el Puente Viejo o la Plaza Mayor, entre otros muchos.

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