Lugares para descubrir: El Bullidor, un pequeño rincón que vive entre el encanto medieval y las costumbres actual

El Bullidor es un bonito y acogedora aldea que actualmente pertenece a Barbens (Pla d'Urgell)

El Bullidor es una bonita y acogedora aldea que actualmente pertenece a Barbens (Pla d'Urgell) al ser absorbido por este, pero que data de la época medieval en la cual había sido un municipio en sí mismo y que hoy en día, todavía conserva gran parte de su historia.

De su nombre tan curioso, el boca a boca dice que proviene del hecho que al subsuelo hay bastantes corrientes de agua y el ruido que estas hacen, es parecido al del agua hirviendo.

Se llega cogiendo una ruta a pie de dos kilómetros, el que vendría a ser l'antiguo camino real, que parte desde la parte noroeste de Barbens. Un recorrido bastante popular entre los barbetans, plano y rodeado de los colores de los diferentes cultivos y árboles frutales, que finaliza en una zona de recreo para hacer merendadas junto a la iglesia.

Andando por las calles del Bullidor revivimos parte de su historia y nos da la sensación que si cerramos los ojos, todavía podemos sentir los sonidos de un municipio que vivía en la antigua época medieval.

La construcción arquitectónica más imponente y también la que dio vida en el pueblo es el que ahora son los restos de un antiguo castillo, y más tarde iglesia de la Natividad, datado del siglo XII, cuando Arnau de Formiguera cedió a los templarios unas posesiones que tenía al Bullidor. Hoy en día, todavía se conservan un gran portal adovellat, algunas ventanas motllurades del siglo XVI, el baptisterio añadido al siglo XVIII (actualmente en la iglesia de Barbens) y sillares con marcas de picapedreros, todo un conjunto que dan fe de la fortificación que debía de ser.

En este lugar, también había una cruz renacentista construida entre 1538 y 1546, restaurada en 1992, que se encuentra hoy en día en la plaza de la Iglesia de Barbens, donde se guardó durante la Guerra Civil para evitar que fuera destruida.

Si continuamos recorriendo el pueblo, encontramos la antigua baronía, una casa señorial, en la actualidad habitada y en reformas por una familia de diseñadores con los cuales hemos podido adentrarnos algo más dentro de su legado. Se llama que en 1487, el caballero Dalmau de Copons adquirió la señoría, que más tarde pasaría a manos de los Massot (que consiguieron el título de barones del Bullidor) y de los Dalmases. Y con los ojos cerrados seguimos avanzando siglos y siglos entre caballeros, barones y señores de grande poder adquisitivo y nos imaginamos su manera de vivir, de vestir y de hacer.

Continuando la visita al pequeño núcleo, observamos las casas contiguas, apreciando el que fueron los molinos de aceite y vino, uno a Cal Jacques y el otro a cal Pinós. Y llegamos a Cal Valls, donde hay la Tina, una bota de madera gigante, que impresiona a simple vista, que ha servido de lugar de reunión para una pandilla de amigos nacidos a la década de los años cincuenta del siglo XX, además de otras celebraciones locales.

Actualmente, el Bullidor es un núcleo vivo, que sirve de almacén agrícola a muchos labradores que trabajan las tierras y que está habitado por dos familias que disfrutan allí de la paz y tranquilidad que si respira, entre la historia de nuestros antepasados medievales y las costumbres de hoy en día.

 
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