La cerámica: marca de identidad de La Bisbal d'Empordà

Se puede visitar el Museo de barro y cerámica industrial, que vela por la preservación de este patrimonio local

Uno de los disparos característicos de la capital del Baix Empordà es el hecho que La Bisbal d'Empordà es uno de los centros cerámicos adalides de Cataluña . Y es que la cerámica es y ha sido una de las principales actividades económicas de la población, al menos desde el siglo XVIII.

La cerámica bisbalenca ha experimentado cambios significativos en el decurso de su historia paralelos a la importancia creciente que ha logrado esta actividad. Hasta el siglo XVII, la producción se limitaba a un ámbito estrictamente local, y es a partir del siglo XVIII y especialmente desde finales de este siglo cuando crece la demanda de barro bisbalenca.

A partir del siglo XIX vive su edad de oro, puesto que es un momento en el cual los productos no sólo se comercializan en Cataluña sino que también llegan a las colonias españolas de ultramar. Es entonces cuando se produce un gradual proceso de especialización. Posteriormente, en el siglo XX, el abandono gradual de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales hacia una ciudad más urbana, y 'aparición de nuevos materiales como el plástico, rompen este desarrollo tradicional del barro, que empieza a acontecer un elemento decorativo al perder su función originaria. Con todo, la aparición del turismo de masas permitió a algunos obradores bisbalencs reorientar su producción.

Experimentant l'art de la Terrissa.

Experimentando el arte del Barro

Hoy, la Bisbal se diferencia otros centros productores de cerámica en el hecho que la producción se encuentra muy diversificada; no sólo se producen artículos de barro, sino que existe un sector muy importante dedicado a la cerámica aplicada en la construcción y otro ocupado en la elaboración de cerámica decorativa.

La importancia de esta actividad se refleja claramente en el paisaje urbano de la ciudad, caracterizado por las esbeltas siluetas de antiguas chimeneas industriales y por una área comercial dirigida a la comercialización de los diferentes productos cerámicos. Además de la intensa actividad industrial y económica que da la cerámica a la población, se han hecho diferentes actuaciones que en el ámbito institucional, tanto en cuanto a los aspectos formativos (Escuela de Cerámica) cómo por los estrictamente culturales y de recuperación de los testigos materiales generados por esta actividad (Terracotta Museo).

El Museo de barro y cerámica industrial de la Bisbal es una de las pocas instituciones que existen en este momento en Cataluña que tienen como objetivos principales la preservación, la conservación y la difusión del patrimonio material y cultural de la cerámica.

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