Tres maneras de conservar setas para comer todo el año

Hay diferentes maneras de conservar las setas cazadas en otoño para poder comer durante todo el año

Es tiempo de setas, y son muchas las personas que durante el periodo boletaire salen a cazar . Si hay suerte, podemos llegar a recoger importantes cantidades de setas, y quizás no los queremos comer todos de golpe, sino que preferimos poder comer durante el resto del año.

A continuación, explicamos alguna de las maneras para conservarlos por más tiempo.

Robellones con vinagreta

El robellón es la seta estrella en casa nuestra, y lo podemos conservar de diferentes maneras para comer durando todo el año.

Una de estas maneras es conservarlos con vinagreta y especies . Lo podéis hacer con robellones pequeños, o con los grandes hechos a trozos. Los escaldáis durante 3 o 4 minutos y los enfriáis, y mientras tanto, hacéis una mezcla con sal, mezcla de aceite de oliva y vinagre a partes iguales, hoja de laurel, tomillo, bitxo, grandes de ajo y bolas enteras de pimienta negra. Llenáis botes de vidrio alternando la mezcla y las setas. Se podrán consumir pasadas un par de semanas.

Hi ha diferents tècniques de conservació dels bolets.

Hay diferentes técnicas de conservación de las setas.

Setas secadas

Conservarlos secados es una muy buena idea con determinados tipo de setas , como son las trompetas, camagrocs y pierna-secos, ruiseñores, cepos maduros y moixernons cortados a rebanadas. Para secarlos correctamente, limpiáis las setas sin utilizar agua, ponedlos extendidos a un secador hecho con rejas o sobre un cartón, y colocadlo en un lugar fresco, seco y ventilado. Idlos moviendo cada 12 horas hasta que pierdan la humedad.

En máximo unos tres días tienen que estar llestos, habiéndose hecho más pequeños, y ya no hay que tocarlos más, hasta pasados unos diez días. Guardadlos puedes de vidrio cerrados herméticamente. Así, los podéis guardar un par de años.

Congelar setas

Finalmente, otra buena opción puede ser congelar-los en crudo. Los más adecuados para hacerlo son el cepo joven, la llenega o la trompeta de la muerte. A la hora de conservarlos, hay que tener en cuenta que las setas tienen que ser jóvenes, con textura dura, y que cuando los queramos usar los tendremos que tirar a la sartén todavía congelados, de otra manera su textura se malograría.

Para congelarlos, limpiáis las setas y ponedlos a la nevera unas 4 horas. Después ponedlos en bolsas de congelación, y congelarlos. Se recomienda consumirlos en 4 o 5 meses, evitando que se rompa la cadena del frío.

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