El hecho casteller es una tradición fuertemente arraigada en Cataluña. Sus orígenes hay que buscarlos a finales del siglo XVII, y se enmarca dentro de otras expresiones populares. De hecho, la génesis de los castillos se encuentra en la torre final del baile de Valencianos, inicialmente procedente del País Valenciano y fosilizado en la Muixeranga de Algemesí. Llega al Campo de Tarragona donde a finales del siglo XVIII logra los seis pisos de altura.
La evolución de estos primitivos castillos hasta la manifestación popular que hoy conocemos tuvo lugar en Valls, donde desde principios del siglo XIX se documenta la existencia de dos pandillas de castellers rivales. Es por eso que la ciudad es considerada cuna de los castillos y la plaza del Trigo, donde actualmente actúan la Pandilla Jóvenes y la Pandilla Vieja de los Niños de Valls, es el kilómetro cero del mundo casteller.