La fachada del Palau de la Generalitat acoge una de las estatuas ecuestres de Sant Jordi más populares. Cuando se urbanizó la plaza de Santo Jaume (1820-23), donde había habido el cementerio y la iglesia del mismo nombre, se decidió reformar la fachada del Palau de la Generalitat, añadiendo un balcón y una hornacina que tenía que alojar una imagen de santo Jordi.
El 1856 la Diputación de Barcelona convocó un concurso a tal efecto y fue escogido el proyecto del escultor Andreu Aleu. La obra se ejecutó entre 1864 y 1872.
El artista representa el santo a caballo en el momento de matar el dragón. La composición, muy dinámica y realista, se inspira en modelos románticos y se aleja de la sobriedad formal típica del autor. Es considerada la obra principal de Aleu y una de las más representativas de la Renaixença catalana.