El 4 de julio de 1994 será recodat siempre cómo una fecha fatídica a los bosques catalanes. Y es que aquel día se registró la trágica cifra de más de 100 incendios en el conjunto de los Países Catalanes. A lo largo de aquella semana se quemaron más de ciento mil hectáreas de bosque y matorrales, murieron diecisiete personas y se calcula que las pérdidas económicas superaron los 75.000 millones de pesetas.
Al Bages y Berguedà, después de quemar 45.000 hectáreas y destruir el 50 % de sus bosques, se consideró controlados los fuegos el día 8 de julio. También se vieron afectados els Ports de Beseit, y en el País Valenciano, los incendios afectaron el Alt Millars, Requena, Navarrés y la Vall d'Albaida, donde en total se quemaron casi 100.000 hectáreas y además de lamentar la pérdida de vidas humanas.