El 23 de julio de 2007, a media mañana, se produjo el gran apagón de Barcelona . Una cadena de accidentes provocó que más de 350.000 hogares se quedaran sin luz a la capital catalana durante unos 4 días.
La avería no se solucionó totalmente hasta después de un par de meses, tiempos durante el cual muchas zonas de la ciudad convivieron con la presencia de enormes generadores diesel para poder disponer de electricidad.