
Un barco de pesca de arrastre proveniente de Llançà, en la Alt Empordà, pescó este pasado miércoles un tiburón peregrino de unos 7 metros de longitud y 5 toneladas de peso a la zona del Golfo de León, donde la embarcación se encontraba pescando. Al retirar las redes de arrastre para recoger las capturas de la jornada, el animal apareció ya muerto entre ellas. Cómo que era demasiado grande como para ser retirado de las redes, decidieron volver con él hasta puerto.
Allá, usando una grúa, lo sacaron de la barca. Al ver que no disponían de espacio suficiente para guardarlo, los pescadores decidieron volverlo al agua, cosa que hicieron remolcándolo mar adentro con la misma embarcación.

El tiburón peregrino, una especie protegida, es uno de los pescados es grandes del mundo, superado sólo por el tiburón ballena,y se alimenta de plancton, de pequeños pescados y de animales invertebrados. En la zona donde se pescó este ejemplar no es extraño encontrar y, de hecho, los pescadores han visto en varias ocasiones. El ejemplar era de medida mediana -acostumbran a medir entre 6 y 8 metros- a pesar de que, en contadas ocasiones, se han llegado a ver de casi el doble de longitud, unos 12 metros.