100 años de historia vitivinícola y cultural a Sant Cugat del Vallès

De la Celler Cooperatiu a la Celler Modernista, obra del arquitecto Cèsar Martinell

El edificio de la actual Celler Modernista de Sant Cugat del Vallès cumple durante el 2021 un siglo de existencia. Y es que en 1921, el arquitecto Cèsar Martinell recibió el encargo de 51 viticultors santcugatencs, que necesitaban una bodega para elaborar el vino del Sindicato Agricola y Caja Rural de San Medin, el 24 de mayo de aquel mismo año -justo el lunes hacía 100-, con un crédito de 50.000 pesetas.

Detrás de este largo nombre había una cooperativa con la misión de elaborar vino de manera conjunta con el objetivo de conseguir un mejor rendimiento en la producción local de uva. Y es que a Sant Cugat, cómo en otros muchos pueblos de Cataluña , a principios del Siglo XX, la agricultura era el motor de la economía. Solo hay que decir que hacia el 1880 más del 70 % de Sant Cugat era viña, un factor que ha dejado impronta histórica.

Una de las acciones necesarias para echar la empresa adelante era, pues, construir una bodega cooperativa para llevar a cabo la vinificació y conservar el vino hasta su venta, cosa que se hizo en los meses siguientes. El sindicato pasó de tener 51 socios en 1921 a tener 74 nomes dos años después, el 1923.

Imatge de la zona del Celler on descarregaven el raïm FOTO Arxiu del TOT Sant Cugat

Imagen de la zona de la Bodega donde descargaban la uva FOTO Archivo del TOT Sant Cugat

Cèsar Martinell inició el proyecto de las obras de la bodega, pero no acabó de construirlo del todo. Los problemas económicos hicieron que solo se acabara la nave, donde se realizaba el tratamiento inicial de la uva, los muelles de descarga, las trituradoras, las prensas y los cubos que recibían el mosto.

La arquitectura de Martinell

Cèsar Martinell había tenido grandes figuras en qué emmirallar su obra. Al trasladarse de Valles a Barcelona a estudiar recibió lecciones de Luciera Domènech y Montaner y aprendió a pintar junto a artistas cómo Joan Miró. Además, también entró en contacto con la obra de Antoni Gaudí, puesto que trabajó una temporada con Joan Rubió, uno de los arquitectos que trabajaban en la Sagrada Familia.

Con estas influencias no es de extrañar que la bodega de Sant Cugat destaque por sus vueltas de ladrillo de plan o vueltas catalanas hechos de obra ver y que tanto se usaron por construcciones agrícolas al primer tercio del siglo XX.

Hay que destacar que actualmente el edificio forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

Acabado del proyecto y época de bonanza

El proyecto se amplió a la década de los cuarenta sin hacer caso del todo a los planos de Martinell. La época de máximo esplendor de la bodega fue durante los años cincuenta, en los cuales la Cooperativa Vitivinícola de Sant Cugat fue no solo un referente del campesinado local, sino también de las comarcas de Barcelona.

Interior del Celler Modernista FOTO Arxiu del TOT Sant Cugat

Interior de la Bodega Modernista FOTO Archivo del TOT Sant Cugat

El año 1987, después de funcionar durante 63 años, la Bodega Cooperativa recibió la última de las cosechas que entrarían. El crecimiento de Sant Cugat, que ya iba hacia convertirse en ciudad, y la transformación de la economía del país, en la cual la agricultura cada vez tenía menos pes, empujaron a la desaparición del sector vitivinícola del municipio, hasta el punto que en la actualidad, solo hay un 3 % de territorio agrícola.

Uno de los hechos que propiciaron al abandono de la actividad fue una normativa europea que ofrecía delgadas a los labradores si cesaban su actividad a las plantaciones de viña.

En este sentido, en 1991, la Bodega Cooperativa se cerró definitivamente, y en 1996, la cooperativa pasó a ser una SL: Vitivinícola de Sant Cugat del Vallès

Actualment, el Celler acull múltiples propostes culturals FOTO arxiu del TOT Sant Cugat

Actualmente, la Bodega acoge múltiples propuestas culturales FOTO archivo del TOT Sant Cugat

Equipamiento cultural

Ya a los noventa se aprobó la construcción de pisos y locales a la parte de la finca que da a la rambla de la Bodega y se cedió la nave principal al consistorio.

Desde hace poco años -desde el 2013-, el espacio ha pasado a denominarse Bodega Modernista, y es una de las sedes del Museo de Sant Cugat. Hay que destacar que el edificio fue objeto de una remodelación, después de años de abandono, y ahora es escenario de diferentes actividades del municipio, como por ejemplo actuaciones, conciertos o, inclús, actos históricos o patrimoniales.

De hecho, el 20 de febrero del 2019, el Ayuntamiento inauguró el ViLab, un centro ubicado justo a tocar de la Bodega Modernista, que tiene por objetivo preservar la historia vitivinícola de Sant Cugat, cuidando con especial cura del papel que jugó la Bodega Cooperativa. En este espacio se hacen talleres, charlas o actas dirigidos a reivindicar el pasado vitivinícola de la ciudad.

 
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