Las fallas del Pirineu, un espectáculo digno de vivir

Las fiestas del fuego son patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad

La noche de San Juan es noche de fuego. Y no solamente por las tradicionales hogueras que se celebran en todo Catalunya, sino por tradiciones ancestrales que se mantienen muy vivas en algunos pueblos del Pirineu Catalán.

Y es que en una tradición milenaria, para celebrar el Solsticio de Verano, augurar buenas cosechas y asustar los malos espíritus, varios pueblos del Pirineu celebran unas fiestas rituales que tienen el fuego como protagonista.

Es una celebración ancestral dedicada al fuego y al solsticio de verano que se celebra en más de 60 pueblos de los Pirineos andorranos, franceses, aragoneses y catalanes cómo Durro, Isil, Boí o el Pont de Suert, entre otros. En algunos pueblos la bajada de Fallas empieza unos días antes del solsticio de verano y se alarga hasta medios de julio.

Festes del foc als Pirineus FOTO Patrimoni Cultural Generalitat de <apertium-notrans>Cataluña</apertium-notrans>

Fiestas del fuego a los Pirineos JODO Patrimonio Cultural Generalidad de Catalunya

La tradición

Así, en las comarcas del alta Ribagorça, los Pallars Jussà y Sobirà, por los alrededores de San Juan, cuando se hace oscuro, el fuego baja desde las montañas hasta los pueblos. Lo hace con las tradicionales bajadas de fallas. Los fallaires, normalmente jóvenes solteros, se desplazan a un cerro o un lugar elevado de la población desde donde encienden las fallas, que pueden ser de diferentes tipos según el pueblo. Una vez encendidas, las cargan a los hombros y, formando una serpiente de fuego, bajan hasta la plaza del pueblo.

Una vez allá, siguiendo el ritual, forman una sola hoguera con todas las fallas alrededor de la cual la gente del pueblo baila hasta la salida del sol.

Este 2022, podéis vivir las fallas a Durro (18 de junio), Boí, Casós, El Pont de Suert y Vilaller (23 de junio), Senet (25 de junio), Barruera (3 de julio), Erill la Vall (9 de julio), Taüll (15 de julio), Pla de la Ermita (22 de julio), y Llesp (23 de julio).

A la Valle de Aran a Les y a Arties, se conserva la tradición de quemar un abeto la vigilia de San Juan. Se trata de una costumbre milenaria que se va cristianitzar, pero con orígenes que se sitúan en una tradición céltica. Son la Fiesta de Eth Haro y de Eth Taro respectivamente.

La Fia Faia Sant Julià el 2017. FOTO: Anna E. Puig

La Fía Faia Santo Julià el 2017. FOTO: Anna E. Monte

Más allá de San Juan

Pero el culto al fuego en esta zona no se limita al solsticio de verano. Así, por la vigilia de Nadal, algunas poblaciones del Berguedà, cómo Bagà y Sant Julià de Cerdanyola, celebran el solsticio de invierno también con fiestas alrededor del fuego. Es la Fía-faia en que el elemento central de la fiesta son las 'faies', unas antorchas de gran formato que se encienden y se pasean por el pueblo.

El año 2015, todas estas fiestas fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanitat. La celebración de la fiesta de las fallas de los Pirineos es en la actualidad uno de los máximos exponentes del patrimonio cultural de la cordillera pirenaica y constituye, por lo tanto, un elemento cultural que reúne pueblos y valles de los Pirineos en una gran celebración de carácter transfronterizo.

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