Un rincón del Baix Empordà
A la Costa Brava, encontramos uno de los municipios más conocidos y visitados del Baix Empordà, Palafrugell. Una localidad que triplica su población con la llegada del verano y que recorre parte de interior y parte de costa.
Con un total de doce kilómetros de roca y mar, donde el visitante podrá encontrar un extenso abanico de playas y calas. Todas ellas rodeadas de una frondosa vegetación rodeada por las aguas turquesas propias de esta zona.
Los pueblos que lo rodean son reliquias dignas de sorpresa. Por un lado, tenemos el emblemático pueblo de pescadores, Calella de Palafrugell, siguiéndole Tamariu y Llafranc. Una riqueza cultural, reconocida por la figura del escritor y periodista, Josep Pla, que se junta con la gran oferta gastronómica que enmarcan esta idílica zona del Baix Empordà. Un paisaje que emboba a todos, y más todavía cuando es la época de las famosas canciones de puerto, las habaneras.
En sus orígenes Calella de Palafrugell fue un refugio de pescadores. Este pintoresco pueblo se ha convertido en uno de los lugares más visitados y conocidos de la Costa Brava. Una infinidad de calles estrechas y casas blanquinoses que se enclava su belleza en las aguas costeras que las preceden.
Hay que destacar, la playa de Goldfet y la de Puerto-Bó. Un escenario natural de la Cantada de Habaneras de Calella de Palafrugell que desde 1967 viene desarrollándose cada primer sábado del mes de julio.
Bajando hacia el sur, nos veremos envueltos en una vegetación mediterránea espléndida precedida por el Jardín Botánico de Ningún Roig. Un lugar ideal para disfrutar de las magníficas vistas panorámicas del litoral.
Al mismo lugar, el jardín desciende en terrazas hasta el castillo. Es obligatorio disfrutar de las Terrazas de las Monjas, Terrassa del Bassin y del Jardín de los Enamorados, todas ellas conectadas por l'Escala de los Cipreses. También, y no menos importante, el Jardín de la Primavera, el Jardín de Cactus y el Paseo de los Geranios con una espectacular floración.