Solsona, patrimonio y cultura popular

La capital del Solsonès es una ciudad llena de tradición y folclore y de un extenso patrimonio arquitectónico y cultural

Hacer un tumbo por el casco antiguo de Solsona, capital del Solsonès y una de las puertas de entrada al Pre-Pirineu catalán, es hacer un paseo por la historia y tradición de una ciudad que ha sabido preservar y potenciar su patrimonio, que ha sabido conservar y transmitir su cultura popular.

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El núcleo histórico de Solsona se caracteriza para mantener la misma estructura de cuando era una ciudad amurallada, conservando a la presente fecha tres portales de entrada: el del Puente, el del Castillo y él de Llobera, así como se mantienen hoy en día restos de la muralla, cosa que delimita perfectamente el casco antiguo de la ciudad y a la vez nos envuelve de una historia y de un patrimonio arquitectónico y cultural de gran valor.

El Portal del Pont, entrada principal del nucli antic de Solsona. FOTO: Anna E. Puig

El Portal del Puente, entrada principal del casco antiguo de Solsona. FOTO: Anna E. Puig

El Portal del Puente, rehecho en 1805, que aconteció la entrada principal de la ciudad después de construirse un puente de piedra a finales del s. XVIII, el cual fue destruido en 1939, sigue siendo hoy la entrada natural y principal a Solsona y es que a la llegada ya nos deslumbra un grande Suele dorado que lo preside y nos mujer la bienvenida y nos invita a tener una buena estancia en una ciudad aseada y pulcra, dinámica y llena de vida.

El Portal del Castell, un dels tres portals que es conserven de la ciutat emmurallada. FOTO: Anna E. Puig

El Portal del Castillo, uno de los tres portales que se conservan de la ciudad amurallada. FOTO: Anna E. Puig

Otra buena manera de llegar a los bellos callejones del núcleo medieval es a través del Portal del Castillo, que los viernes acoge un participado y exitoso mercado semanal que luce pleno de paradas de ropa, calzado, flores, víveres, frutas, hortalizas y todo tipo de productos locales que conviven con las animadas conversaciones de los solsonins y solsonines que todavía mantienen la nostrada tradición de ir a mercado.

El Palau Episcopal de Solsona, a tocar de la catedral, és un edifici d'estil neoclàssic. FOTO: Anna E. Puig

El Palacio Episcopal de Solsona, a tocar de la catedral, és un edificio de estilo neoclàssic. FOTO: Anna E. Puig

Si se decide cercar por las calles del barrio viejo de Solsona no se vale a badar, pues, a cada rincón, en cada edificio, en cada calle se esconde una sorpresa u otra. Pequeñas joyas históricas como por ejemplo la Fuente de la Iglesia, una fuente gótica, datada del s. XV de la cual, hoy en día, todavía brota agua en medio de la ciudad, conviven con grandes tesoros cómo es el caso del Palacio Episcopal, hecho construir por el obispo Lasala al s. XVIII, la fachada principal del cual es una de las muestras más significativas de la corriente neoclásica catalán.

Adentro del palacio se ubica el Museo diocesano, considerado uno de los primeros museos de este tipo de Cataluña y que alberga interesantes salas dedicadas a la prehistoria, colecciones significativas del románico, del gótico, del renacimiento y del barroco, así como un espacio destinado a las esculturas de sal de las minas de Cardona.

Una de les façanes de la catedral de Solsona. FOTO: Anna E. Puig

Una de las façanes de la catedral de Solsona. FOTO: Anna E. Puig

Sin ir mucho más lejos, a tocar del Palacio Episcopal, encontramos la Catedral de Solsona, donde todavía se conservan diferentes elementos de la iglesia románica (1070-1163) como los tres ábsides, el campanario o el claustro, pero, tal como la percibimos hoy en día, la catedral es de estilo gótico y fue construida entre los siglos XIII y XVII. No se puede marchar de Solsona sin hacer una visita a la capilla de la marededéu del Claustro, del s. XII, una de las esculturas más importantes del románico catalán. La puerta exterior de la plaza de la Iglesia es neoclásica (1780) con un relevo de Santo Agustí en éxtasis y, a la plaza de Palacio, hay la fachada barroca de la Asunción (1769).

Después de este paseo por los lugares más sagrados de la ciudad, nos adentramos también en lugares donde se respira folclore y alegría, como la Plaza Mayor, la plaza soportal que acoge las fiestas más importantes de Solsona cómo son el Carnaval, la Fiesta Mayor o el Corpus solsoní.

Els carrers del nucli antic de Solsona recorden els elements del Carnaval. FOTO: Anna E. Puig

Las calles del casco antiguo de Solsona recuerdan los elementos del Carnaval. FOTO: Anna E. Puig

Solsona tiene una gran riqueza en folclore y cultura popular, buena parte de responsabilidad de la conservación y fabricación de las piezas que componen el bestiario solsoní tienen un mismo sello, el del artista Manel Casserras y Boj (1929-1996), de hecho, encontramos una gran placa conmemorativa del maestro artesano esculpiendo uno de los Gigantes de Solsona.

Escondido al número 37 de la calle de Sant Llorenç, ubicado a los bajos del que se conoce como Casa de la Virgen María, encontramos el Quarto de los Gigantes, un discreto, pero cuidadoso espacio que alberga toda la imaginería del Corpus y la Fiesta Mayor de Solsona y que explica la historia y la evolución.

Els Gegants són quatre dels elements que conformen la imatgeria del folklore solsoní. FOTO: Anna E. Puig

Los Gigantes sonidón cuatro de los elementos que conforman la imaginería del folclore solsoní. FOTO: Anna E. Puig

Y no se puede hablar de Solsona y obviar su famoso Carnaval, recuperado en 1971 y declarado fiesta de interés turístico nacional desde el año 1978, por eso, otro punto de visita obligada del casco antiguo de Solsona es la Torre de las Horas, popularmente conocida porque en un rincón de este campanario se cuelga el burro durante el Carnaval de Solsona, una tradición que recuerda la leyenda que ha dado el renombre de "mata-burros" a los solsonins.

La imponent Catedral de Solsona vista des del pont. FOTO: Anna E. Puig

La imponente Catedral de Solsona vista desde el puente. FOTO: Anna E. Puig

En definitiva, el apodo de mata-burros no sabemos si es realidad o rumorologia popular, el que si es bien cierto es el dicho que a Solsona buena gente, ciudad agradable, acogedora y llena de tradición, religiosa y folclórica.

 
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