Municipios con encanto en invierno: Tavertet

El entorno natural de la villa ofrece parajes excepcionales con riscos y bosques

Cataluña cuenta con innumerables parajes que durante los meses de invierno adquieren un encanto espacial. También muchos municipios que se convierten en pueblos de postal durante esta época del año. Y a pesar de que las restricciones actuales para parar la expansión del coronavirus no permiten poder visitarlos actualmente, sí que está bien tenerlos en cuenta por cuando sea posible volver a hacer escapadas para disfrutar del tiempo libre a los rincones con encanto de Cataluña.

Con este propósito, aprovechamos estos días para recorrer algunos de estos pueblos para hacer lista de pendientes por cuando la situación sanitaria lo permita. Después de descubrir Llívia, Gósol y Conesa , hoy nos trasladamos hasta Tavertet.

Entre el Collsacabra y Las Guilleries, en la comarca de Osona, se encuentra el municipio de Tavertet , rodeado de un espectacular entorno natural con riscos y bosques frondosos. Es por eso que acontece el punto de partida perfecto para hacer salidas a andar tanto en familia como de nivel más profesional. De este entorno singular destacan especialmente los torrentes que bajan del Collsacabra, ofreciendo espectaculares saltos de agua como los saltos del Noguer y del Molí Bernat, la Cola de Caballo o el Salto del Sallent.

Cingles de Tavertet

Riscos de Tavertet

Tampoco se puede dejar de visitar el Mirador plano del Castillo, desde donde disfrutar de una fantástica vista del pantano de Sau, las Guilleries y el Montseny, o la Cueva del Serrat del Viento, una de las cuevas más largas del mundo en terreno de gres. También hay que disfrutar de los Riscos de Tavertet, una formación rocosa conocida en todo el mundo con paredes que se elevan 400 metros por encima del pantano de Sau, y el Dolmen de Santo Corneli, situado justo junto a la ermita de Santo Corneli.

Un pueblo, el de Tavertet , que mantiene su encanto inicial, cuando únicamente había tres calles a la villa, el de Arriba, el del Medio y el de Bajo. Así, el casco urbano conserva 48 casas autóctonas andamios entre los siglos XVII y XVIII, las cuales forman un conjunto que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. De entre las construcciones destacables de la villa, encontramos la iglesia románica de Santo Cristòfol, y la ermita románica de Santo Miquel de Serrarols, entre otros.

Ya tenéis ganas de descubrirlo?

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