Castellfollit

Castellfollit de la Roca es famoso por su curiosa ubicación. El centro histórico se encuentra encima de una cinglera basàltica (roca de origen volcánico), siendo uno de los muchos ríos de lava que, al enfriar en contacto con el agua, dejaron su forma peculiar.

La pintoresca visión se puede capturar desde un antiguo puente que hay a la parte baja del pueblo, pero subir y andar entre las estrechas calles del núcleo histórico vale mucho la pena. Sobre todo, porque al acercarnos al precipicio podemos disfrutar de unas vistas al valle maravillosas.
Su medida pequeña hace que sea ideal para hacer una pequeña parada, en una ruta por la Garrotxa. Además, en los bajos de sus bonitas casas podremos encontrarnos que alguna simpática anciana vende productos típicos de la zona, como las famosas judías de Santa Pau, y finos puede ser que te acabe obsequiando con un poco de fruta.

Situación privilegiada, vistas maravillosas Y un pequeño casco antiguo muy bonito. Por todo esto Castellfollit bien merece un poco de nuestro tiempo, más allá de las vistas desde la parte inferior del risco.