Santo Medir, y la leyenda de las habas

Cada 3 de marzo se celebra el tradicional encuentro de Santo Medir a la sierra de Collserola

Cada 3 de marzo, en Sant Cugat del Vallès, a la villa de Gràcia y otros distritos de Barcelona, se celebra Santo Medir. Durante la celebración, se celebra el Encuentro de Santo Medir, que reúne cada año miles de personas a la ermita de Santo Medir, al corazón de la sierra de Collserola.

Un encuentro el origen del cual hay que buscarlo en 1828 cuando Josep Vidal y Granara, quién sería el fundador de la primera pandilla de Santo Medir y propietario de un horno a la calle Grande de Gràcia, prometió al santo, de quien era mucho devoto, que si mejoraba su estado de salud, cada 3 de marzo, festividad de Santo Medir, iría a la ermita tocando un saco de gemidos encima un caballo a la vez que anunciaba por el barrio su prometença.

Dos años más tarde, encontrándose mejor, hizo su primera salida en Santo Medir, acompañado por familiares y amigos. Una romería que fue creciente con los años, siendo el origen de las múltiples pandillas que actualmente participan del encuentro.

Actualmente, son 26 las pandillas que participan en la Fiesta de Santo Medir. De buena mañana, empieza la caminata hasta la ermita, reuniéndose a mediodía a la ermita, donde coinciden con la gente de Sant Cugat, que acuden desde el otro lado de la sierra. Un golpe allí, se celebra un oficio religioso, se imponen las cintas en los estandartes, y hay una muestra de cultura popular y tradicional catalana. A continuación, los participantes disfrutan de una comida, antes de emprender el camino de vuelta.

La Ermita de Santo Medir, al término municipal de Sant Cugat del Vallès, se encuentra cerca del antiguo camino romano de Ègara (Terrassa) en Barcino (Barcelona) que -pasando por Castrum Octavianum (Sant Cugat)- entraba a la sierra de Collserola por el valle de Gausac (o valle de Santo Medir).

Se trata de una construcción románica de carácter tradicional. Se levanta una planta rectangular de 8,8 x 7,3 metros y la sacristía se encuentra en un anexo al ala izquierda. Coronando la entrada de la ermita se encuentra un campanario de espadanya con dos campanas. Su interior es formado por una vuelta de cañón y cuenta con un corazón al cual se accede por una escalera de caracol.

De su mantenimiento se ocupa la Peña Regaliz, un grupo de hombres de Sant Cugat, amigos de la infancia, y entusiastas del patrimonio cultural del pueblo, que durante años se han encargado del mantenimiento y cura de la ermita.

Mostra de Cultura Popular durant l'Aplec de Sant Medir

Muestra de Cultura Popular durante el Encuentro de Santo Medir

La leyenda

Tal como explica la leyenda, Medir era un buen labrador que vivió hacia el año 303, época en la cual Dioclecià dirigió una persecución brutal sobre los cristianos. El Obispo Severo, ante esta persecución huyó hacia Barcelona, y siendo perseguido constantemente por los romanos, decidió dirigirse hacia Sant Cugat del Vallès. Por el camino, se encontró en Medir, quien estaba plantando habas.

El obispo le explicó al labrador por qué huía, y le pidió que, si alguien preguntaba por él, dijera la verdad: que mientras plantaba habas, el obispo había pasado por allí. Cuando el obispo ya había marchado, las habas empezaron a crecer y florecer de manera milagrosa.

A la cabeza de un rato, los romanos llegaron hasta donde estaba Medir, y le preguntaron por el obispo, pero no se creyeron la historia que los explicó Medir. Un golpe habían capturado el obispo, volvieron a buscar en Medir, los encarcelaron en los dos, y los martirizaron hasta la muerte.

 
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