Monument al Timbaler del Bruc

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¿Sabes cuál es la historia del Timbaler del Bruc?

La leyenda se rememora cada año con la Fiesta del Timbaler del Bruc

Cataluña es tierra de leyendas e historias muy bonitas se miren como se miren. Entre todas ellas, hoy queremos hablar de la historia que envuelve al personaje del Timbaler del Bruc, aprovechando que el fin de semana se celebra la 25ª edición de la Fiesta del Timbaler del Bruc, la Feria de la Guerra del Francés.

Recogemos la historia que se recoge en elbructurisme.cat. Dice así:

En 1807 el Emperador de los franceses Napoleón ya se había apoderado de media Europa. A finales de aquel año España y Francia firmaron el tratado de Fontainebleau, por el cual ambos países se proponían invadir Portugal. Con este motivo, las tropas francesas entraron en España y se establecieron en tierras de Castilla y Portugal.

En cuanto a Cataluña, una columna francesa, compuesta por 4000 hombres, entró por el paso de Petrús el 9 de febrero de 1808 y se estableció en Barcelona el día 13. A raíz del motín del 2 de mayo de Madrid, las fuerzas vivas de todo el país se levantaron de diversas formas contra el invasor. En Manresa, la ciudadanía se rebeló quemando el papel sellado francés, lo que dio la excusa al mando de las tropas para enviar una columna de castigo que, al mismo tiempo, se apoderaría de la pólvora almacenada en las fábricas de la población.

El General Duhesme ordenó la salida de Barcelona de una columna de 3800 hombres de infantería y caballería que, bajo el mando del General Schwartz, debía marchar a través de Molins de Rei, Martorell y Esparreguera hasta Can Maçana y desde allí a Manresa, para seguir más tarde a Lleida y Zaragoza.

Alertadas las poblaciones de alrededor, el sometent se dispuso a defender el paso de Can Maçana. Hacia las 10 de la mañana pasaron cerca de Collbató y poco después se acercaron al Bruc donde comenzaron a recibir fuego. Habiendo atravesado la población donde mataron a varios vecinos y quemaron algunas casas, emprendieron la subida al paso natural de Can Maçana. Antes de llegar, fueron atacados por los defensores. Aunque ya esperaban el ataque, la sorpresa fue mayúscula ante la tenaz y organizada defensa.

En pleno combate, comenzó a sonar un tambor cuyo sonido era amplificado por el eco causado por la montaña. Era tanto el ruido producido por el instrumento del joven Isidre Llucà, vecino de Santpedor, que los franceses tuvieron la sensación de que se acercaba una importante fuerza enemiga y optaron por retirarse, lo que hicieron de forma desorganizada y siendo perseguidos por los defensores.

A la altura de Esparreguera fueron atacados desde balcones y azoteas. Al atravesar el puente de Magarola perdieron un cañón. Durante la noche atravesaron Martorell sin novedad.

Hay testimonios escritos de que la entrada a Barcelona se produjo a través de la puerta de la Creu Oberta y la de Sant Antoni. Se dice que fue una vuelta caótica y que duró todo el día y parte de la noche.

El mando francés ordenó que el 13 de junio saliera una nueva columna formada por 5000 hombres bajo el mando del General Chabran. Advertidos los catalanes de que podría producirse un nuevo intento contra Can Maçana y Manresa, reforzaron la defensa de este punto estratégico con soldados regulares desplazados desde Lleida, que contaban con artillería. El nuevo enfrentamiento se produjo al mediodía del 14 de junio.

El fuego de cañón y de fusiles indicó a los franceses que el paso estaba bien protegido. Después de unos cuantos intentos, Chabran decidió emprender una nueva retirada que esta ocasión se hizo ordenada.

Una escultura recuerda la gesta de estos personajes en la defensa de la tierra. La sociedad catalana tenía ilusión desde finales de siglo XIX de levantar un monumento a los Héroes del Bruc. En un lugar principal de la Abadía de Montserrat se construyó uno que desapareció en la época de la Guerra Civil. El que vemos ahora data de 1952 y es obra del escultor Frederic Marés.